Una vez más toca escribir en un momento
trascendental en nuestra historia contemporánea. Una nueva elección que, como
todos sabemos, viene cargada de las irregularidades características de los
procesos electorales en tiempos de revolución.
Pero en esta corta nota no me quiero
referir a Maduro porque no merece ni una gota más de mi energía y pensamiento.
Me quiero referir a Henri Falcón y su liderazgo. No para juzgarlo como persona sino
para analizar fríamente su capacidad de liderarnos como presidente.
De acuerdo con los entendidos en la
materia (como Simon Sinek), el liderazgo debe caracterizarse por crear una visión
clara sobre el destino de lo que se quiere liderar. Es así como las personas se
colocan la mano en el pecho y siguen a líderes aún en los momentos más difíciles
que se puedan vivir en una sociedad. Porque en el momento que el líder expresa su
visión, las personas pueden identificar sus valores o creencias en esa visión y
de allí seguir al líder no al candidato. Es de esa forma que Martin Luther King
hizo que miles de personas lo siguieran bajo el concepto de ¨yo tengo un sueño¨ más allá del ¨yo tengo un plan¨.
El plan es simplemente la forma como llegar a cumplir ese sueño y para eso, el líder
se rodea de especialistas en diversas áreas.
Para comenzar, contrario a lo que debería ser
evidente para un candidato a la presidencia de cualquier país, es bien difícil encontrar
las bases de su visión como líder. Esto
ya denota una importante carencia de liderazgo. Es relativamente fácil delinear
un plan basado en las carencias que tenemos e intentar capitalizar sobre ese
descontento, pero es más difícil vender una visión de país diferente.
Especialmente cuando entre líneas puedes ver que la base de sus creencias está
atada a los principios del ´difunto´ que nos llevó a este atolladero.
Es allí donde Henri Falcón, a mi manera de
ver las cosas, falla como líder. Más allá de disparar comentarios complacientes
sobre su corta ¨visión¨ de no tener presos políticos, traer medicinas y que quiere
lo mejor para el país y su gente, su discurso también gira en torno a comparar
los que ¨No hacen Nada¨ y los que como él ¨si hacen algo¨, aunque ese algo
puede ser cualquier cosa improvisada para salir de la revolución. Lamentablemente,
en mi humilde opinión, un discurso como ese lo que hace es enfrentarnos
nuevamente como sociedad.
Para las próximas elecciones los venezolanos no pueden votar por ningún candidato de su verdadera preferencia sino por los pocos a los que se les ha permitido participar. No estoy seguro cual ha sido el precio de esa candidatura (o mejor dicho el costo para nosotros).
Pero más allá de mis especulaciones, la
pregunta que no he visto respondida es ¿Por qué Henri Falcón quiere ser
presidente? Lamentablemente no he encontrado respuestas en sus discursos,
presentaciones de tv y otras notas de prensa. No saber porque Falcon quiere ser
presidente se traduce en un incremento de la desconfianza, es decir, no permite
hacer vínculo con ninguno de nuestros valores y creencias.
Lamentablemente, la abstención de este
proceso va a dejar como mayoría a mucho de los votos a Maduro y, posiblemente
no le haga falta hacer trampa al final porque maduro tiene sus votos (aproximadamente
20%) y las instituciones a su merced. entonces el plan, acordado o no con Henri
está claro para mí: Maduro hace sus trampas y gana legitimado por la
competencia de Henri.
Es precisamente allí donde esperamos ver
la reacción del verdadero líder. Con ese escenario Henri tendrá dos opciones:
Echarle la culpa a la pro-abstención o pelear por sus votos hasta el final y
mostrarnos cuan lejos quiere llegar para ser un verdadero presidente de unidad para
el país. En resumen, la oportunidad de mostrarnos qué tipo de líder es y donde saldrán
sus verdaderas intenciones será el lunes 21 de Mayo y no el domingo como todo
el mundo cree.
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